Desde temprana edad mostró un amor especial por Dios, incluso aunque sus padres no fueran especialmente devotos, incluso desde pequeño, el joven amaba rezar el Rosario.
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La vida de Carlo Acutis estuvo marcada no sólo por su fe y devoción ejemplares, sino también por sucesos milagrosos que se han atribuido a su intercesión después de su muerte. Un milagro notable asociado con Carlo involucra la curación inexplicable de un joven brasileño llamado Mattheus, que padecía un raro trastorno pancreático.
El estado de Mattheus era grave y los médicos habían agotado todas las opciones médicas. Su madre, una católica devota, recurrió a la oración y buscó la intercesión del Beato Carlo Acutis. Después de que ella oró fervientemente a Carlo por su intercesión, Mattheus experimentó una curación repentina y completa, para asombro de sus médicos.
Como dijo una vez el Beato Carlo: “Estoy feliz de morir porque viví mi vida sin perder ni un minuto en nada que desagrade a Dios”. Estas palabras resumen la esencia de la vida de Carlo: una vida vivida en completo abandono a la voluntad de Dios, donde cada momento estaba dedicado a glorificarlo.
A través de su vida y acciones ejemplares, el Beato Carlo Acutis nos desafía a examinar nuestras propias vidas y luchar por la santidad en todo lo que hacemos. Que su legado continúe inspirándonos a vivir vidas de virtud, devoción y servicio a los demás, mientras buscamos seguir a Cristo fielmente en los pasos de este santo de hoy en día. “La tristeza es mirarnos a nosotros mismos, la felicidad es mirar a Dios”, diría Carlo. “Lo único que tenemos que pedirle a Dios, en la oración, es el deseo de ser santos”.